( el autor en el jardín del Hotel Nacional en La Habana )
-Me han dicho que usted escribe.
-No señora, ¡vivir del cuento! ¡qué más quisiera yo! Un servidor oficia de maquillador de cadáveres en la funeraria “La Gran Vida”, ahí mismo, a la vuelta de la esquina. Le dejo mi tarjeta de visita.
El supuesto escritor se alejó dejando una vaharada a formol que dejó atufada a la hermosa dama.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, salvo que alguna lectora decida enviar una sexta versión del frustrado encuentro.
No te preocupes que te regalare un baño de espuma perfumado, un masaje con acaeites perfumadas y un perfuma de Thierry Mugler y solucionamos tu aroma corazón...
ResponderEliminarUn Besote
Tú no tienes corazón ¿cómo se te ocurre decirle eso a una señora y, además, de buen ver?.
ResponderEliminarLo del formol es muy bueno ¿eh?, jaja, me has hecho reirme.
Besos
jajajaja, esta versión me gustó bastante!!!!
ResponderEliminarQué buena!!! :)
Jajajajajajaaa.
ResponderEliminarMuy buena la ocurrencia, genial, genial jajaja
Uf, al final que mal royo lo del formol.
Me gusto el escrito con un final ácido.
Un abrazo y feliz fin de semana amigo Manuel.
Dijo que se negaba a vivir del cuento, pero yo sé porque lo conozco: ese tipo sí es escritor, tiene algo de necrófilo y no hay más que ver las dos últimas entradas de su blog, sobre un cadáver caminando hasta el cansancio, subiendo a aviones y enamorándose de relamidas azafatas.
ResponderEliminarPues yo me quedo con la primera... O era la segunda... Es que me lías. Bueno, ésta no. Te prefiero escritor viviendo del cuento.
ResponderEliminarUn abrazo que digo yo que no olerás tan mal
Eso, amiga Mar, contribuye tú a aumentar mi angustia existencial...Recibo tu abrazo envuelto en agua de nardos.
ResponderEliminarBelkys, "soy un alma que sostiene a un cadáver", como diría mi maestro Epicteto. Y que conste que la azfata no era relamida...
ResponderEliminarMaría, reina del Reino murciano, y...¿no será que tú tienes el gen de la risa floja? A mí me gusta que te rías todo el tiempo, menos en Misa...Besos.
ResponderEliminarMujer en los cuarenta, servidor huele a tomillo y a romero de monte...¡vamos, como un conejo listo para hornear! Besos
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