sábado, 30 de noviembre de 2013

ÁBREGOS TRAJERON


         Los ábregos llovedores trajeron,con el ángelus, este regalo doliente:

Cerrojos de hambre y espinas,
tristeza de carmelitas
allá en Ayala amanecen,
mientras mi alcoba se crece
helándome el corazón.
¡Que lejos os llevaría si pudiera, vida mía!
Pasión y emoción cedieron
ante el yerro de razón
y mudaron en estatua
los gestos del corazón.
¡Oh carmelitas descalzos
devolvedme el mío amor!
Sola y muda ya me deja
Solo y mudo allá marchó.