Después de haber meditado durante seis años sobre la palabra "nada",
que se pronuncia wu en China y mu en Japón,
el honorable Wu-Men Hui K'ai (1183-1260) escribió este poema:
Nada, nada, nada,nada, nada,
nada, nada, nada, nada, nada,
nada, nada, nada, nada, nada,
nada, nada, nada, nada, nada.
Y así zanjó para siempre cuestión tan peliaguda.