-¡Siempre me dicen que venga mañana! —gritaba.
Arrojó la camisa. Después las medias y los zapatos.
José Manuel Pereira estaba parado en la cornisa del piso 18 de un edificio de Caracas.
Los policías quisieron atraparlo y no pudieron.
Una psicóloga le habló desde la ventana más próxima.
Después, un sacerdote le llevó la palabra de Dios.
-¡No quiero más promesas! —gritaba José Manuel.
Desde los ventanales del restorán de la Torre Sur, se le veía parado en la cornisa, con las manos pegadas a la pared. Era la hora del almuerzo, y éste fue el tema de conversación en todas la mesas.
Abajo, en la calle, se había juntado una multitud.
Pasaron seis horas. Al final, la gente estaba harta.
—¡Que se decida! —decía la gente.
—¡Que se tire de una vez! —pensaba la gente.
Los bomberos le arrimaron una cuerda. Al principio, él no hizo caso. Pero finalmente estiró una mano, y luego la otra, y agarrado a la cuerda se deslizó hasta el piso 16. Entonces intentó meterse por un ventana abierta y resbaló y cayó al vacío. Al pegar contra el piso, el cuerpo hizo un ruido de bomba que estalla.
Entonces la gente se fue, y se fueron los vendedores de helados y los vendedores de salchichas y los vendedores de cerveza y de refrescos en lata.
( El texto es del gran escritor Eduardo Galeano y la foto de los periódicos )
Está visto que a la gente le gusta la acción, la expectativa de que suceda algo, aunque sea a costa de la vida ajena.
ResponderEliminarNo me animo a leer el "libro de los abrazos" no sin antes terminar "las venas abiertas....", una crítica dura de Galeano que reaviva cualquier herida mal curada.
ResponderEliminarMe tomo la libertad de añadir, sin licencia del autor, que entonces la gente buena no se fue, quedaron bastantes para socorrer a la víctima que todavía seguía viva, un vecino sostenía su cabeza, otro le hablaba sin esperar respuesta, un tercero llamaba a la ambulancia y alguno más se ofrecía a preparar una tila para el familiar que presenció la escena.
Buen domingo Manuel, sigo leyéndote que todavía me faltan tus otros tres.
Hello!
ResponderEliminarVery interesting blog!
caucasusgeography.blogspot.com
Cuando recuerdas tu vida de antaño, me haces sentir partícipe de esas andanzas y cuando eliges un texto de alguien, tienes el raro don de dar en la diana.
ResponderEliminarEres un lujo, querido amigo.
Besos y mimos.
gracias por seguirme :) tienes tantos blogs que no sabía cuá seguir y me ha gustado este jajajaja un besito
ResponderEliminar¡Gracias a ti Nuria! Yo estoy en el centro, rodeado de mis blogs por todas partes...Besos.
ResponderEliminarMi agradecimiento para Amaltea, Loli y María ha resultado lento, pero está vivo.
ResponderEliminarJosé Manuel Pereyra, puede ser cualquier de nosotros, cansado de alguna injusticia, del algún desamor, de no tener un para qué....en fin me conmueve su desgracia y me decepciona el ser humano que es consumista hasta de desgracias...
ResponderEliminarMe ha conmovido la forma en que relatas la situación. La he visto y sufrido. y me quedo contemplandola...
un saludo afectuoso
Bueno, Cas, el relato es de Galeano y no mío.
ResponderEliminarMe gustó tu blog: Detrás de las palabras al paso, se adivina la senda perdida, que tal vez nunca se ha de volver a caminar...¡Bravo!
José Manuel, un desesperado de la vida y sus circunstancias.Fue de los muchos seres que hay por el mundo con sus problemas a cuestas ,sin ver un hilo de luz en sus vidas y su cabeza pasa de la cordura a la locura en un instante de desesperación, pasa lo que pasa por desgracia.Los hombres no somos de piedra y se desencadena un caós de la noche a la mañana.
ResponderEliminarJosé Manuel en el último momento de su triste vida ,tuvo un instante de cordura y quiso salvar su vida ,no pudo ser, pues era su destino estamparse contra el suelo. O pudiera ser que quiso llamar la atención del mundo, en su mundo personal con sus problemas sin ver otra salida.
Triste final de él y el de muchos seres desesperados ,que piensan el el suicidio sea cual sea...la forma de llevar a cabo...a las personas de alrededor les importaba un comino su situación, miran para otro lado hasta que un día les puede tocar a ellos,la vida es una ruleta o una tómbola.
Abrazos de MA para ti desde Granada.
Pido disculpas por mi desprolijidad... seré más aplicada la próxima vez. de verdad que soy una atropellada cuando algo me gusta... jaja
ResponderEliminarinsisto en las disculpas, un beso
Amiga CAS ¿cómo pides disculpas si eres un cielo lleno de amabilidad y sensibilidad? Buen neologismo "desprolijidad". Besos.
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