( tercera entrega )
En el camino de vuelta al hotel, ambos en marmóreo y civilizado silencio, se me hizo evidente la imposibilidad de pasar con ella aquella noche.
Necesitaba estar a solas con mi cabreo. Sentía repulsión hacia ella y su cruel y estúpida confesión. Paré un taxi y pedí a su conductor que acercara a aquella mujer, de pronto tan ajena a mí, al hotel contiguo a La Fenice.
Liberado de la insoportable presencia de Violante, me metí en el lounge bar del edificio Mondadori. Dos vodkas después, la cosa estaba clara.
En recepción pedí otra habitación, lo más alejada posible de aquella que habíamos compartido cuatro noches, con sus madrugadas, sus desayunos y sus apasionadas siestas. Me resulta imposible dormir sin pijama y con recuerdos.
( continuará... )
( foto del autor )
Que bueno...!!!
ResponderEliminarSe ve perdectamente la escena y tu cabreo.
La frase final es genial...!!!
Un abrazo Manuel Mª
En esa noche negra de dolorosa infidelidad por parte de tu pareja, fue muy civilizado por tu parte guardar silencio y no formar un espectáculo en el lugar.
ResponderEliminarLa noche fue de cabreo interior mortal para ti, ella se quedo tan fresca con todo lo sucedido, cuando la alojaste en otro hotel cercano vio la realidad del momento.
Una forma muy sutil de cortar con ella la relación y demostrarle tu indiferencia.
Los dos vodkas te hicieron ver la vida y el momento vivido de otro color , del color del olvido, y a partir de hay cada uno por su lado.
Borrón y cuenta nueva para el corazón...y el alma de los recuerdos.
Abrazos de MA para ti Manuel
mi paisano y amigo.
Definitivamente cruel...
ResponderEliminarEs terrible intentar dormir con pijama y sin recuerdos.
Un beso confidente y extasiado.
Distancia lejana... mas ira,
ResponderEliminaren cercanía extrema.
Saludiños, Manuel.
A mi me resulta imposible con pijama y sin recuerdos...
ResponderEliminarGenial tu post.
Un beso cómplice.
Duna
No sé porqué google no me deja comentar con mi perfil de Duna...(misterios...)
Esto se llama...." tener clase " amigo.
ResponderEliminarUn beso
Maite
Lo siento Manuel, pero no me das pena, he ido a releer la parte I y II, por si se me había despistado algo y no entreveo más que el orgullo herido. No estoy de acuerdo en estas confesiones, pero si hay que terminar, algo hay que decir. en cualquier caso ya sabes un clavo quita otro clavo.
ResponderEliminarAiregar, gracias por tu comentario. Será como tú dices, pero a mí aquella pelirroja infiel "trájome un año sin seso..." Luego, vino lo de "que la mancha de una mora, con otra verde se quita..." En ello estoy.
ResponderEliminarSi tanto te movilizó su confesión es porque la dama de rojiza melena había sacudido tus sentimientos.
ResponderEliminarPor algún motivo especial fue importante.
"Dormir sin pijama y con recuerdos...." Es lacerante.
"La mancha de una mora , con otra verde se quita..." Tal cual.
Espero que los recuerdos ... se vayan disipando.
Un abrazo!
¡Gracias Carmela! Me voy a tu blog...Abrazos
ResponderEliminarMerce, Ma, María, Susi,Duna y Maite: con mi gratitud, deseo pasar a visitar calmadamente vuestros blogs...Besos
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