Durante la cena, a medida en que la noche se cerraba, la dolorosa confidencia
de aquella mujer con roja mata de pelo rojo se iba transformando en cruel
descripción, con pelos y señales, de su infidelidad para conmigo...
( continuará... )
Ilustración de Anatoliy Kalugin
vale más una verdad dolorosa que un engaño traicionero, un besin de esta asturiana.
ResponderEliminarSi digo que no me gusta lo que dijo esa mujer es por ti. Veo que dejó en tu frente una corona hecha de alfileres negros.
ResponderEliminarBesos Manuel.
Cruel confidencia y dolorosa noche.
ResponderEliminarEsa mujer rabiosamente bella y lujuriosa,sadicamente ,te enveneno la sangre a conciencia para vengarse de toda una vida, en donde más duele con sus palabras ,clavo su daga en la mente y en el centro del corazón herido.
Esa cena la recordaras toda la vida ,como una noche negra...en tu alma de confidente dañado, ella disfruto de ver tu semblante cambiando de color, tu queriendo esconder la la cruda realidad de su verídico relato.
Hermosa y seductora imagen de mujer y este relato nuevo se pone al rojo vivo...
Abrazos de MA para ti amigo.
Siempre he pensado que la infidelidades mentales son las peores, así que tú verás cómo lo tomas...
ResponderEliminarBesos con continuación...
Doy las gracias a Ozna-Ozna, Loli, MA y María y prometo que, hoy o mañana, os contaré al oído cómo terminó aquella horrible cena...
ResponderEliminarPues tengo ganas de leer cómo termina.
ResponderEliminarUn abrazo,
Yo